Los poderes financieros actuales para nada están distraídos. Y a pesar de que las CBDC quieren romper el juego, no todos están de acuerdo con ellas.
Estas ‘extensiones’ de la moneda fiat en formato digital y usando, entre otras, tecnología blockchain, están en pleno desarrollo. Pero incluso dentro de los reguladores no hay acuerdos para su uso.
Desde hace unos meses la Reserva Federal (FED), viene advirtiendo sobre los peligros de las CBDC. Incluso, diversos informes y declaraciones de varios gobernadores muestran que no existe consenso sobre el tema.
De hecho, John Williams, director de la Reserva Federal de Nueva York, les recomendó a los bancos centrales ordenar sus tareas.
“Antes de que los bancos centrales como la Reserva Federal puedan emitir
su propia CBDC, se deben abordar varias cuestiones importantes relacionadas con la tecnología y la regulación de la blockchain”.
Andolfatto cree que es probable que tanto los modelos mayoristas como minoristas de CBDC sean rechazados por los bancos, ya que podrían exprimir sus ganancias compitiendo directamente con ellos por los depósitos. Por ejemplo, Dinamarca canceló su
proyecto CBDC porque no quería competir con los bancos comerciales. “Podrían argumentar que esto podría afectar su capacidad para prestar, financiar, ese no es un buen argumento en absoluto porque no es cierto”, dice Andolfatto. “Pueden obtener
financiación de otras fuentes. El depósito de fondos no es la única forma de financiar la actividad crediticia”.
Las CBDC quieren romper el juego, a pesar de los desacuerdos evidentes.
En la Conferencia Global anual del Instituto Milken, Randal Quarles, declaró ‘que no entiende el razonamiento que se encuentra detrás de la emisión de
una CDBC o moneda digital del banco central’.
Para este ejecutivo de la Fed y quien también preside el Consejo de Estabilidad Financiera, existen riesgos enormes en estas nuevas tecnologías.
Quieren romper el juego
Claro una cosa es querer y otra poder. Y es que dentro de este sistema tradicional de bancos centrales, no se cansan de advertir inutilidad y riesgos por parte de estas monedas digitales.
Sin embargo, como Singapore, están en pleno desarrollo de las bases tecnológicas para su emisión.
El director de la Autoridad Monetaria de Singapur (MAS), engloba una buena dosis
del sentimiento de muchos de estos actores:
“Los beneficios de un dólar singapurense digital desde una perspectiva de inclusión financiera no son convincentes. Una alta proporción de singapurenses tiene cuentas bancarias, y los pagos electrónicos en Singapur son generalizados, altamente eficientes
y competitivos”.
Entonces, ¿Por qué 87 países, que representan más del 90% del PIB mundial, están explorando las CBDC?
Sencillo buenos amigos, muy a pesar de las consideraciones que pueda tener alguien en particular, el futuro del dinero está en juego. Y nadie está dispuesto a quedarse en el último vagón de lo que se construye.
Los directivos de esos bancos centrales deben responder frente a sus respectivos gobiernos, y frente al reparo, se impone la acción de prepararse.
Sin lugar a dudas, todo este proceso de las CBDC y su puesta práctica, tiene un punto común: el nacimiento, crecimiento y expansión del dinero descentralizado, no oficial y con alcance mundial.
Nadie puede a estas alturas, desestimar la fortaleza y presencia de las criptomonedas. Por eso básicamente se ha producido en estos últimos dos años una frenética intención de regular y normar a las cripto.
Porque ciertamente mucho desarrollo, educación y aceptación le falta a bitcoin y otras criptomonedas. Pero con una capitalización récord de unos 3 billones de dólares, unas 39 millones
de carteras activas con saldo mayor a cero, ¿Quién puede mirar hacia otro lado?
CBDC en la mira
Un total de siete países han lanzado completamente su CBDC, seis pequeños estados del caribe y más recientemente Nigeria. Otros 17 países, encabezados por China y Corea del Sur, se encuentran en la etapa piloto con sus CBDC y se alistan a completar
su total lanzamiento.
Mientras los bancos centrales de 4 importantes economías se debaten en su pertinencia (la Reserva Federal de EE. UU., El Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra).
Hace algunas semanas precisamente, el gobernador del Banco Popular de China, Yi Gang, aseguró
que ‘China continuará avanzando en el desarrollo de la moneda digital de su banco central y mejorará su diseño y uso’.
En el futuro, continuaremos avanzando prudentemente en I + D de eCNY, mejorando su diseño y uso.
Es que más allá de las aprensiones de muchos, estas monedas emitidas desde los bancos centrales son un hecho. Si bien es necesario para los países superar enormes retos tecnológicos, quedarse en cero implica mayores riesgos.
Adecuar el sistema de pagos globales, para que esta tecnología corra sin problemas, parece ser el más espectacular. Un mundo que evoluciona de lo físico a lo digital requiere de respuestas a tono con ese proceso.
Y China está sumamente clara en sus objetivos y metas. Para mí su puesta en escena va a obligar al resto de las economías más importantes a dar ese paso.
Fíjense que sí les parece poco que 7 países ya están en uso y solo 17 en el piloto, escuchen al CEO de MasterCard:
“…y dijimos que prepararemos nuestra red para hacerlo cuando un gobierno esté listo para emitir una CBDC que existirá junto con el dólar o el euro como moneda de liquidación en la red”.
Las CBDC quieren romper el juego, y serán un hecho global.
Pueden leer los dos primeros dos artículos de esta serie aquí.